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Desde el año 1995 en la calle Feria los amantes de la
literatura pueden acudir a un pequeño local donde los libros son seleccionados
con gran criterio y cariño por su dueña Esperanza Alcaide.
Ella es actualmente
la presidenta de la Feria del Libro de Sevilla, miembro de la directiva de la
Confederación Española de Librerías y Vicepresidenta primera de la Federación
Andaluza de Librerías.
Con este curriculum fue un placer poder entrevistarla en el
año 2019 y ahora en el 2020 publico en exclusiva en este blog dicha entrevista.
Sois pioneros en
Sevilla como librería independiente que se dedica a la infancia. ¿Cómo surgió
la idea de crear una librería infantil y juvenil en 1995?
Yo en el 95 no era totalmente especializada en infantil. Con
el dinero que tenía hice lo que podía. Como no tenía para montar una librería,
monté una tienda de prensa con una parte de infantil que era a lo que yo me
quería dedicar. Y conforme iba vendiendo, fueron pasando los años, con el
dinero de la prensa iba ampliando la librería y ahora mismo toda la planta de
arriba es infantil y juvenil.
Usted quería dedicarse a la literatura infantil y juvenil ¿Por algún
motivo?
Yo tengo una especial manera de relacionarme con los niños.
Entonces, el juvenil lo trabajaba muy poco. El juvenil fue porque como desde el
principio yo hacía actividades, talleres, cuentacuentos, teatro y hubo un
momento en el que los niños me crecieron y me dio tanta pena, que en principio
yo tuve que ir adaptando el fondo e inventando otro tipo de actividades. De ahí
nació el club de lectura juvenil.
¿Qué os definiría entonces como librería
especializada en literatura infantil y juvenil? ¿El desarrollo de competencias
lectoras en los niños? ¿Los hábitos de lectura?
El desarrollo de
competencias lectoras como una forma de ser mejor ser humano. Sin perder de
vista eso. No solo la competencia lectora en sí misma. El libro como una forma
de vida y una forma de ser. Eso para mí es muy importante. Luego quizás lo que
más nos defina como librería son nuestras puertas abiertas. Estás viendo que el
aire acondicionado se sale a chorros a la acera, pero nunca cerramos la puerta
por frío o calor que haga. Igual que nunca he quitado la prensa. Porque el
abuelo que viene todos los días a comprar, trae a los nietos. Y hay gente que
nunca había comprado un libro. Hay gente que por su formación, por la trayectoria
de su vida nunca se había acercado a una
biblioteca, a una librería porque compraban otro tipo de cosas. Aquí, las
actividades para niños se hacen a puerta abierta, las de adultos son a puerta
cerrada. La gente se va quedando con cosas que le gustan para su familia.
¿El público que viene
normalmente aquí es del barrio?
No solo del barrio. Fundamentalmente del barrio y las zonas
de alrededor. Pero también hay mucho funcionario que trabaja en la zona, que
nos conoce y nos trae a los niños cuando hay actividades. También hay mucha
gente de la banca que se traen a su familia cuando hay actividades, el
profesorado de los centros cercanos. Bueno, esto está intramuros y la gente de
extramuros, pero de la zona también viene. Extramuros es hasta San Jerónimo.
Muchos profesores de esas zonas los mandan hasta aquí.
La importancia del librero como mediador de
lectura. ¿Se está produciendo una desintermediación entre el librero y el
lector debido a las nuevas tecnologías?
En un principio puede
parecer que sí. Hay páginas que recomiendan, hay grupos de padres que montan
páginas, pero yo creo que todo al final recala en la librería.
Hay gente que confía
mucho en grupos que se forman en las redes sociales como Facebook.
Es un tipo de gente
que se comunica poco, que socializa poco. Que consideran que las redes son una
forma de socializar, pero que no lo son. Quizás es un defecto de los libreros,
que tendríamos que ser más activos en redes, pero…es que la vida da para lo que
da.
Por la crisis económica, muchas librerías apostaron por crear blogs,
tener cuentas en Instagram, Facebook, Twitter, etc. ¿Vosotros tenéis una
comunicación directa con los clientes de la librería?
Hay muchos clientes
que interactúan con nosotros en las redes. Que están aquí, que miran, que
participan en las actividades, que además están en redes y se comunican con
nosotros así.
Vosotros
concretamente tenéis Facebook, Twitter e Instagram, si os escriben ¿respondéis
rápido?
Lo intentamos. Mucho
más rápido en Twitter, porque es más intuitivo. En Facebook se responde cuando
buenamente se puede. E Instagram es que funciona de otra manera.
¿Cuáles son las dificultades a las que se enfrenta una librería como la
vuestra a nivel de piratería, ebooks, caída de las compras institucionales?
A mí los ebooks no me
han afectado nada. Hubo un momento en el que los profesores cuando se estaban
acercando a la jubilación parecía que se les había aparecido la virgen con el
libro electrónico y han ido volviendo.
En el libro infantil…
hay una cosa muy curiosa. Hará como 7 años o así parecía que con la crisis la
gente iba a leer más en digital porque no iban a tener dinero para comprar
libros y con el club de lectura juvenil yo pensé estos chavales nacen con un
aparato en la mano, vamos a ver… y al inicio de uno de los cursos cuando nos
reunimos les dije “¿Vosotros en qué formato vais a querer leer?” y me dijeron
“No, no Esperanza no te equivoques para leer en papel”
El tramo de edad en que yo trabajo el club de lectura
juvenil es de 11 a 16. Si a esa edad no quieren leer en digital difícilmente…
porque ya hay muchas cosas que sí leemos en digital, no se nos puede olvidar.
Cuando leemos en Facebook o Twitter accedemos a noticias que antes solo leíamos
en la prensa. Entonces la lectura de prensa ha caído de una manera brutal.
Aunque hay un estudio que dice que la capacidad de abstracción es mayor cuando
se lee en papel porque con la pantalla te dispersas. Pero aparte de eso sí
estamos leyendo mucho. Todo lo que son trabajos técnicos, los textos legales,
esas cosas ya están en pantalla.
Pero lo que es la lectura por placer, un ensayo, poesía…, yo
no entendería un libro de poesía en digital. Y los libros ilustrados han
intentado hacerlos en digital, pero no está funcionando.
¿Qué ofrece la lectura al niño o adolescente. ¿Es una manera de formar
a la persona?
Para mí las palabras
son armas. Si tú sabes expresarte, si tienes capacidad de responder cuando
alguien intenta hacerte daño, si no te callas, tu camino en la vida va a ser
mucho más fácil. Por eso yo les insisto mucho a los padres, a los educadores,
que les lean desde que nacen, porque se les va quedando ahí…Te lo voy a decir
como se lo digo a ellos: hay familias que le abren una cartilla de ahorro a los
bebes cuando nacen, para mí es como abrir una cartilla de ahorro emocional.
Entonces tú lo vas dotando de palabras y cuando necesiten defenderse,
expresarse, van a tener un armamento maravilloso. Ten en cuenta que normalmente
cuando leemos a los niños es después de bañarlos, después de haber comido, en
un ambiente relajado, y les está quedando tu voz y el amor inmenso que
significa ponerse a leer para un niño. Le está quedando un especial estado de
ánimo, que cuando las cosas vienen mal, siempre van a tener ese ladrillito
donde poderse refugiar y a partir de ahí volver a construir.
¿El fondo que tenéis
en la librería lo seleccionáis vosotros? Antes las editoriales mandaban muchas
novedades.
Todos intentan
hacerse con el espacio, pero eso pasó. En mi caso y otros libreros. Yo hablo
con librerías de todo el país, en estas fechas, desde que empezó la crisis,
tienes lo que quieres, pero no todo lo que tú quieres. No te abren cuentas, han
cerrado distribuidoras…hay que aprender a vivir y trabajar con lo que tienes.
Ahora llenar las estanterías no es tan fácil. Es muy frustrante querer tener un
material y no tenerlo.
Yo creo que los profesionales del sector hemos combatido la
crisis con más especialización. En las librerías más pequeñas hay más
diversidad, porque cada librería tiene su propia filosofía.
Vosotros sois un referente cultural en Sevilla. Habéis creado una
comunidad en torno al libro infantil y juvenil. ¿Hacéis cosas dentro y fuera de
la librería?
Nos gusta mucho
colaborar con centros tanto de primaria como secundaria. Entonces, cuando nos
han pedido que hagamos feria del libro, me ha dado un poco de vergüenza ir a un
instituto solamente a venderle a los niños. Porque eso es un centro de estudios
y creo que hay que ofrecerles otro tipo de cosas. Yo desde un principio comenté a los profesores que en vez de hacer la venta
pura y dura, porque no llevábamos autores, hacer concursos de marcapáginas o de
carteles para anunciar la propia feria del libro para que los niños se
implicaran. Invitar a los padres, familias y hacerlo extensivo a todo el
personal del centro. Así los niños ven el libro desde un ángulo diferente. Al
implicarlos comercialmente también funciona mejor. Entonces como en ese tipo de
cosas suelen participar las AMPA, se establece una relación entre la librería y
el centro. Cerca de nuestra librería hay centros escolares. Los profesores
compran y es una buena manera de dar ejemplo.
¿Y el club de lectura juvenil?
Todo fue surgiendo de manera natural. Hacía cuentacuentos y
talleres (venían otros a hacerlos) para los niños. Cuando fueron creciendo
empecé a hacer otras cosas. Cuando empecé a hacer cosas para los adolescentes,
los adultos dijeron que por qué ellos no. Y empecé a hacer presentaciones,
conciertos, conferencias. Aquí caben 50 personas sentadas, hemos metido un
piano, la orquesta barroca…
Hacemos performances, a veces salimos a la calle,
hacemos cosas relacionadas con la Ciudad
de los niños de Tonucci, colaboramos con bibliotecas…
Formáis parte del Club Kiriko ¿Qué importancia le das al
asociacionismo?
Toda. O nos unimos o
desaparecemos. O nos potenciamos como marca…
Libros infantiles puedes encontrar en el Carrefour o en
cualquier sitio, pero eso es como el flamenco, quien te va a orientar. ¿Dónde
están los profesionales? En las librerías especializadas.
Por último, ¿crees
que el futuro de las librerías es un reto?
Yo creo que mientras
la gente siga viviendo esto con la pasión con la que la vivimos, el futuro está
asegurado. Porque estamos seguros que lo que hacemos tiene una función social
muy importante. Entonces, mantener la librería abierta, hacer las actividades
para gente de toda condición económica…estás construyendo el mundo en el que
crees.
Esperanza, muchas
gracias.
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